La legislación argentina limita la facultad del empleador de realizar cambios en las condiciones de trabajo, todo ello a los fines de evitar situaciones injustas que
perjudiquen material o moralmente al trabajador. De acuerdo a esto, y por principio general, el empleador no puede realizar cambios que alteren modalidades esenciales del contrato de trabajo.
Entonces, ante un cambio en las condiciones de trabajo como ser lugar, salario, jornada, horario, categoría, etc., el trabajador tiene derecho a intimar a su empleador
a que se mantengan las condiciones originalmente pactadas o habituales. En caso de rechazo del empleador el trabajador podrá considerarse injuriado y despedido sin
causa, con derecho a cobrar las indemnizaciones por despido.
Fuente: Ley N° 20.744
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